Contemplando la bahía palmesana

Aquella mañana de octubre en Palma de Mallorca, el día amaneció claro pero con unas
nubes deshilachadas que tamizaban la luz y protegían del calor del sol otoñal. El
evento, organizado por bulthaup Iberia, de nuevo iba a tener lugar en la sede del
Col·legi Oficial d´Arquitectes de les Illes Balears (COAIB), un magnífico palacio del siglo
XVII ubicado sobre la muralla marítima, cerca del palacio episcopal y de la imponente
mole de la catedral.

Arquitectura, arte... y coctelería

Tras la bienvenida y la explicación sobre la historia y características artísticas del
palacio que acoge la sede del Col·legi, los convocados se desplazaron a la sala de
exposiciones. El pintor mallorquín Rafa Forteza comentó una de sus obras, mientras el
maestro coctelero Rafa Martín les ofrecía un cóctel inspirado en la obra del artista. La
posterior proyección de un vídeo permitió a los asistentes adentrarse en el proceso
creativo de Forteza.

Las raíces medievales de la cocina de Santi Taura

Satisfechas ya las necesidades del espíritu, era la hora de los placeres del paladar. Una
ligera brisa se había llevado las escasas nubes altas y el sol resplandecía en un cielo
sereno, mientras la bahía palmesana se irisaba perezosa bajo los rayos del sol
desplegando sus mejores galas. En la terraza aparecieron los sombreros mientras el
chef Santi Taura, que lleva años rastreando las raíces medievales de la cocina balear,
tanto árabes como judías y cristianas, iba presentando la genealogía de los distintos
platos que componían el menú.

Sobremesa memorable

La larga mesa, instalada en el paseo de la muralla, invitaba al disfrute; las
conversaciones cruzadas y el buen humor presidieron la comida. Una feliz coincidencia
hizo que ese día se celebrara el cumpleaños de Gabriel Nicolau, uno de nuestros
embajadores en Mallorca, fortaleciendo más si cabe el ambiente comunitario y festivo.
El divertimento musical estuvo a cargo del grupo Le Carromato con su música
ecléctica, punto de encuentro de las tradiciones del viejo y el nuevo continente.

Una magnífica puesta de sol sorprendió a los comensales todavía sentados a la mesa y 
solo la aparición de las primeras sombras les obligó a regañadientes a retirarse. Una
jornada deliciosa en la que una vez más el tiempo sereno y apacible de un día
templado de otoño pareció confabularse con los organizadores.

Fotógrafo: Adrian Pedrazas Profumo