Contacto

bulthaup Mallorca Nicolau
La Rambla 15
07003 Palma de Mallorca
Islas Baleares
bulthaup@mallorcanicolau.com

Horario:

De lunes a viernes: de 09:00 a 17:00h
Sábados: de 10:00 a 13:00h

 

Si desea visitarnos en nuestro espacio de The Circle, por favor concierte una visite previa con nosotros en:

bulthaup Mallorca Nicolau - The Circle
Carrer Illes Canàries
07183 Santa Ponça
Islas Baleares

Vista, tacto y pasión: el tiempo detenido

Vista, tacto y pasión: el tiempo detenido

Anunciaban un fin de semana de lluvias intensas y descensos térmicos, pero este
viernes de finales de octubre el pronóstico nos concede una tregua y un sol otoñal
acaricia los campos. Atravesamos Binissalem, la capital vinícola de Mallorca. Es día de
mercado y recortado en el horizonte se yergue el impresionante perfil de la Sierra de
Tramuntana. Ascendemos entre casas de piedra y olivares, campos de almendros, de
algarrobos, huertos y trigales en barbecho. Ante nosotros, en las primeras
estribaciones de la sierra, dominando el pueblo, se va dibujando la silueta de un
edificio imponente, una casa señorial mallorquina de piedra rosada: la Finca Bellveure,
nuestro destino.

Entre el olivar y el bosque
Por un camino de tierra, atravesando un olivar, el coche va serpenteando cuesta arriba
hasta el límite entre los cultivos y el monte. Es allí donde se erige el edificio de piedra
de sillería de la possessió. Entramos en el patio, una de las llamadas clastras
típicamente mallorquinas, con su pavimento de canto rodado rodeando el brocal de
piedra del aljibe central.

La casa resulta especialmente hermosa por su discreta restauración: el tiempo parece
haberse detenido. Nos sirven una copa de cava, mientras nos vamos reuniendo y
reencontrando. Las hijas del propietario nos cuentan que la primera edificación data
del siglo XIII, aunque fue en el XVIII cuando se añadió buena parte de la casa que
ahora vemos. Nos llevan a dar un paseo por los campos cercanos, mientras nos hablan
del aceite, elemento fundamental del pasado de la finca, pero cuya producción
actualmente se reduce al consumo doméstico y a una pequeña distribución local.

La almazara cobra vida con bulthaup
De regreso a la casa, entramos por una puerta lateral a la enorme tafona, la almazara
datada en 1640, donde nos explican su funcionamiento, desde la molienda de la
aceituna con una enorme muela de piedra, accionada antiguamente por un animal de
tiro, hasta la obtención del aceite. Después, en otra sala interior de la misma almazara,
mientras nos comentan el lema de bulthaup —vista, tacto, pasión— suena una música
y del interior de los depósitos de aceite incrustados en el suelo de piedra emergen los
cuerpos de tres bailarines, vestidos del color de la piedra y el aceite, que fluyen, se
entrelazan y se separan, ilustrando los tres conceptos.

Junto al brocal de piedra
Encantados por la sorpresa, volvemos al patio y, mientras charlamos refugiados a la
sombra —el sol empieza a picar— aparece un gran gato blanco y gris, que nos mira
circunspecto y se despereza al sol sobre un banco de piedra. Es entonces cuando
comienzan a circular las bandejas de aperitivos que vamos degustando al tiempo que
el chef Santi Taura nos los describe así como su conexión con la tradición culinaria de
la isla: crujientes que reinterpretan las tradicionales sopas mallorquinas; ensalada de
sardina sobre hojas de endibia y salsa de tomate de colgar; unas tacitas de un
espumoso cappucino de setas y unas emocionantes croquetas de lechona adornadas
con un toque de boniato.

Un balcón sobre el Raiguer
Va pasando el tiempo sin sentir y de pronto nos damos cuenta de que se ha hecho la
hora de comer. Se reparten sombreros de paja y nos vamos acercando a la larguísima
mesa desplegada sobre una magnífica terraza de piedra que se abre al paisaje sin
límites de la comarca del Raiguer y más allá: Binissalem a sus pies y, en la lontananza,
la masa aislada del Puig de Randa, la montaña donde según la tradición, allá por el
siglo XIII, el místico y filósofo mallorquín Ramon Llull recibió la revelación divina.

El otoño según Santi Taura
Nos sentamos a la mesa, mecidos poruna envolvente música de jazz y refrescados por
la ligera brisa. Una vez más, Santi Taura nos sorprende con un menú de temporada
que, como los aperitivos, hunde sus raíces en la tradicional cocina popular
mallorquina. Tras unos exquisitos fideos moreados con bacalao y garbanzos llega la
hora del plato principal, un soberbio guiso de pollo, albóndigas y setas. Y para
terminar, un postre sorprendente con aromas de sotobosque y un toque de setas
confitadas, bautizado con el sugerente nombre de "tardor a la Serra de Tramuntana"
(otoño en la Sierra de Tramuntana).

Una jornada con vista, tacto y pasión
La delicia de la temperatura, la extraordinaria vista y la agradable compañía hacen el
resto. Llegan los brindis, las risas y la alegría de estar juntos. Sale el chef a saludar y es
recibido con una gran ovación. Una vez más el lema de bulthaup se ha hecho realidad:
vista, tacto, pasión. Una jornada para recordar.

Fotógrafo: Adrián Pedrazas Profumo